En toda explotación ganadera, la higiene de las ubres se presenta como uno de los aspectos prioritarios a la hora de obtener una producción eficiente y rentable, mantener la salud del ganado y garantizar así la del consumidor final. Conseguir esto requiere un trabajo rutinario, constante y adaptado a los protocolos de actuación básicos que abarcan desde la higiene de las instalaciones hasta el proceso de ordeño.
Evitar la mamitis es una de las principales tareas de cualquier ganadero, ya que se trata de uno de los problemas más comunes en los animales productores de leche. Entre sus causas destaca la falta de cuidados en el proceso de lactación y ordeño. Su aparición, además del malestar en el animal, reduce consecuentemente el rendimiento económico de la explotación, lo que repercute en calidad y beneficios.
El mejor tratamiento, su prevención. Es imprescindible la higiene constante tanto de la ubre como del entorno en el que habita el animal antes y después del proceso de ordeño. Para ello se ofrecen grupos de productos específicos destinados al pre y pos ordeño que no solo previenen la mamitis sino que garantizan una productividad eficiente y de calidad.
PREORDEÑO
La importancia de realizar un buen proceso de preparación para el ordeño implica una serie de cuidados e higiene tanto de las instalaciones como de las ubres del animal. La higiene en este aspecto es un punto clave para garantizar la salud del ganado, prevenir enfermedades y obtener la máxima calidad en la leche.
Entre los objetivos principales de la higiene preordeño destaca evitar la contaminación de la leche y minimizar la exposición de la ubre a organismos causantes de la mamitis, para lo que es imprescindible previamente a cada ordeño realizar una rutina de limpieza y secado de los pezones.
POST ORDEÑO
Continuar los cuidados una vez realizado el ordeño es tan importante como realizar los previos. La principal tarea a llevar a cabo es el sellado de los pezones de forma efectiva, de esta manera se consigue el mejor acondicionamiento de los pezones entre ordeños, así como la eliminación de restos de leche y gérmenes. Se evita así la posibilidad de sufrir cualquier tipo de infección.